En el quizás que me supone haber creído
guardé, sin una explicación, lo que me escondes,
tu brevedad apareció bajo este verso;
este amor de polvo y luna,
esta palabra te notó y tomó otro signo
y fue lo mismo que tu nombre.
Tú detonaste con un verso el equilibrio
y es que en tu boca Benedetti abrió otras alas,
tu dulce escarnio levantó velas y balas
y así tu nombre, que era tuyo,
se fue volviendo mi batalla
y no descifro el cómo y cuándo de los hilos.
¿Quién nos ató en el mismo viaje,
en igual tiempo, en este sitio
y nos dejo querer mirarnos;
y nos rompió los adjetivos
para luego suponer
que apretaríamos los puños en los bolsillos,
que apretaríamos los sueños en los bolsillos
en la cobardía del no?
El monosílabo parece tan sencillo,
lo que sucede es que eres más que una batalla,
tu nombre, que es revolución, me abrió las alas
y yo tan árbol subversivo
de ramas voz y hojas abiertas,
te quiero como hacerse tarde
y creo en tu nombre como el sitio
en que el quizás de haber creído no dudó.
Te quiero como hacerse tarde,
como un pan dulce, un hormiguero;
te quiero en ruta, compañera,
te quiero en tiempo venidero,
te quiero como se hace tarde
en los otoños de tus tardes
y tus miedos
y tus tumbos.
La coincidencia y el azar son pasajeros,
las voluntades son las que vuelcan los mundos.
Platillos y colores
Hace 1 mes
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