Don José María, un empresario con mucho dinero, que gozaba de muy buena fama por su amabilidad y caballerosidad al tratar muy bien a las personas en su gran cadena de supermercados en la ciudad de San Pedro Sula, con una vida ya casi resuelta en lo económico, con un rostro cansado por el fragor de los años y el arduo trabajo que la vida le había dado.
Una mañana calurosa, como todas en la costa norte, cuando don José se sentaba en una silla en las afueras de su negocio a recibir el sol del amanecer, llego un una persona la cual le dijo: — muy buenos días, me llamo Carlos Gómez. soy un profesor de literatura. —muy buenos días profesor Carlos, soy José María para servirle. —muy bonito negocio tiene, con mucha clientela y muy popular en toda esta zona norte. —muchas gracias, señor. —usted es muy inteligente ¿sabe leer y escribir? —¡No y ni quiero! —¿Pero por qué no quiere? —Le contare mi historia. —Adelante lo escuchare.
Hace mucho tiempo vivía en un pueblo del Morazán, Yoro en el cual yo era el campanero de la iglesia y me pagaban una modesta cantidad de dinero, que gracias a mi padre aprendí a tocar para cada ocasión, pero llego un momento en el que necesitaba saber leer y escribir.
Pero como no sabía leer y escribir entonces tuve que dejar de ser el campanero y enseñarle los toques a otra persona que si sabía escribir y leer, con ese dinero que me pagaron por enseñarle a tocar la campana me vine para aquí. Llegando, vi una señora que vendía naranjas en una esquina y pensé: si me gasto este dinero no tendré nada mas, entonces decidí comprar un saco de naranjas y me puse a vender en otra esquina.
Fue tan bueno el negocio que compre dos, tres sacos de naranja, confites, etc… hasta formar una especie de chiclera y ahora tengo todo esto. ve esos camiones, son míos. Ve esa señorita, es mi hija recién graduada de abogada en la UNAH. Tengo un hijo estudiando en una de las mejores universidades de los Estados Unidos. Si yo hubiera aprendido a leer y escribir estuviera siempre tocando las campanas, entonces ya ve profesor porque no quiero aprender a leer y escribir.